Si desde un paradigma sociocultural el aprendizaje es conceptualizado como la apropiación y dominio de herramientas culturales valoradas de manera histórica por los miembros de una comunidad de práctica,
¿de qué manera la utilización de un paradigma sociocultural ayuda al diseño de actividades pedagógicas mediadas por tecnología digital, así como a la evaluación de dichas actividades y de las políticas institucionales y educativas que las sustentan?
El paradigma sociocultural al que se hace referencia en este análisis esta basado en la teoría sociocultural de Lev Vygotsy . Para este autor el desarrollo humano y el aprendizaje no son construcciones individuales, sino que son fundamentalmente el producto de la participación social ligado al uso de herramientas culturales. (Fernández, 2009). Tomando en referencia esta afirmación, se establece de manera clara y concreta como las herramientas tecnológicas como: la computadora, ipod, ipad, celulares inteligentes, etc., se han transformado en herramientas culturales mediadoras entre el ser humano y su entendimiento con el mundo al generar a través de su utilización la participación y construcción social del conocimiento. Pero como explica Fernández (2009) el proceso de apropiación siempre involucra algún tipo de resistencia que emerge de los atributos y restricciones de las herramientas culturales cuando están siendo usadas en un contexto dado. Además, los procesos de dominio y apropiación pueden estar parcialmente entrelazados, pues es posible que los agentes dominen una herramienta, pero no se las apropian si éstas tienen un sentimiento de conflicto o resistencia .
Además Vigotsky consideró la actividad humana como crucial para el desarrollo de la conciencia. En este sentido, día a día nos transformamos en una sociedad del conocimiento con mayores necesidades tecnológicas al vernos obligados a usar el internet, el facebook, el twitter, el celular, etc., para interactuar y permitir un despertar de la conciencia social. Además, la actividad humana es conceptualizada como un proceso de transformación a través del uso de instrumentos (Fernández, 2009).
Actualmente, en nuestra sociedad ha surgido una globalización que implica evolucionar en la forma de comunicarnos entre unos y otros, al contar con la posibilidad de interacturar con otras culturas haciendo un mínimo esfuerzo como simplemente buscar en facebook. La cultura está también fundamentalmente constituida por sistemas de signos o símbolos los cuales median las acciones humanas (Fernández, 2009).
Por otro lado, para implementar en el aula de clases el uso de tecnología digital no es un proceso sencillo, a pesar de que se pueda contar con la posibilidad tecnológica en la institución educativa, no es suficiente, si tanto el maestro como los estudiantes no están dispuestos experimentar nuevas experiencias de aprendizaje a través de internet como puede ser el uso de una plataforma como moodle o el uso de bibliotecas digitales, a pesar de que la generación actual de estudiantes están familiarizados con la tecnología aún no hemos logrado enseñarlos a darle un uso educativo. Como explica Alanís González, M. (2010) que “el proceso mediante el cual un individuo u organización pasa de apenas descubrir acerca de una innovación a su adopción permanente no es un proceso simultáneo, ocurre en un tiempo” (p.2).
Además, el uso de estas herramientas tecnológicas con un fin educativo, genera la posibilidad de interesar y motivar al estudiante en su aprendizaje. Lacasa P. (2002) explica que los instrumentos son mediadores de las acciones de la actividad humana y que el instrumento más importante que usamos los humanos, y que quizás nos define como tales, es el lenguaje. Por lo tanto, en mi práctica educativa yo no concibo el aprendizaje de las matemáticas sin la posibilidad del uso del lenguaje y la interacción constante con mis alumnos. Asimismo, considero que para alcanzar el máximo potencial de estas herramientas es importante el compromiso mutuo maestro-alumno, como lo explica Wenger (2001) que el compromiso mutuo exige interacción y se basa en lo que hacemos y en lo que sabemos, además de en nuestra capacidad de relacionarnos significativamente con lo que no hacemos y lo que no sabemos, es decir, con las contribuciones y el conocimiento de los demás.
Esta reflexión permite entender la trascendencia de una comunidad de práctica, en este caso, el aula, en la que es un espacio donde se permite comunicar ideas acerca de sus conocimientos adquiridos previamente con la finalidad de alcanzar un aprendizaje significativo y con sentido práctico en su vida cotidiana. Como lo explica López (2010) que una comunidad de práctica es aquella en la que sus miembros interactúan para profundizar su conocimientos y experiencia acerca de un tema de interés común (p.139).
Por ultimo, Muñoz (2008) nos plantea que la formación de comunidades de docentes y alumnos, que se interconectan por medio de las TIC, es considerada por Harasim (1995) y Levin (1996) como una ventaja educativa de las redes, porque en ellas se da el aprendizaje activo, participativo y colaborativoentre colegas de diferentes localizaciones geográficas, que enriquece la práctica educativa, y a su vez la expande desde la escuela, hacia el resto de la sociedad (p.99). Poniendo de manifiesto el gran beneficio que implica actualmente el uso y aplicación de herramientas de tipo digital y tecnológico como blogs, objetos de aprendizaje, wikis, etc.
Para concluir, considero que en esta sociedad del conocimiento que evoluciona a pasos agigantados se ha convertido en una responsabilidad compartida maestro-estudiante el hacer uso y aplicación de las actuales herramientas tecnológicas en el proceso de enseñanza aprendizaje. Como lo explica Wells (1999) para comprender la naturaleza del conocimiento deberíamos centrarnos en la actividad de conocer. Aquí, conocer se define como: La actividad intencional de individuos que, como miembros de una comunidad, emplean y producen representaciones en el esfuerzo colectivo de comprender mejor su mundo compartido y transformarlo (en Daniels, 2003).
Bibliografía
Alanís González, M. (2010). Gestión de la introducción de la innovación tecnológica en educación. En V. Burgos Aguilar, & A. Lozano Rodríguez, Tecnología educativa y redes de aprendizaje de colaboración (págs. 37-48). México: Trillas.
Daniels, H. (2003). Vygotsky y la Pedagogía. Barcelona : Paidós.
Fernández-Cárdenas, J. M. (2009b). Aprendiendo a escribir juntos: Multimodalidad, conocimiento y discurso. Monterrey : Comité Regional Norte de Cooperación con la UNESCO / Universidad Autónoma de Nuevo León.
Lacasa, P. (2002). Cultura y Desarrollo. En P. Herranz Ibarra, & P. Sierra García, Cultura y Desarrollo (págs. 17-50). Madrid : UNED.
López Falconi, J. E. (2010). Comunidades de prácticas de valor para el aprendizaje organizacional. En Burgos Aguilar, V. & A. Lozano Rodríguez (Comp.). Tecnología educativa y redes de aprendizaje de colaboración. Distrito Federal, México: Trillas.
Muñoz Sheridan, A. (2008). Factores implicados en la conformación de redes escolares con el soporte de un portal educativo: Un enfoque de comunidades de práctica docente. En J. M. Fernández-Cárdenas, & C. Carrión-Carranza, Escenarios virtuales y comunidades de práctica. La participación docente en la Red de Escuelas Asociadas a la UNESCO (págs. 95-115). Monterrey : Comité Regional Norte de Cooperación con la UNESCO.
Wenger, E. (2001). Comunidades de Práctica: Aprendizaje, Significado e Identidad. Barcelona : Paidós.
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